¿Qué diferencia hay para ti entre un día soleado y uno lluvioso? ¿Desde tu perspectiva, qué es exactamente lo que cambia? ¿Qué existe de diferente en un día donde las estrellas brillan y en otro donde la contaminación se apodera de la ciudad? Nada cambia, porque nos da igual. Poco importa si el día allá afuera parece agradable, lo importante es que termine pronto. Y después que la semana llegue al domingo, que ese mes se acabe y el año…
Los días suceden tan iguales que hemos perdido la capacidad de diferenciarlos. Ya no miramos por las ventanas, olvidamos lo divertido que era empaparnos bajo la lluvia y mejor ni hablamos de tirarnos en el césped en un día soleado. Somos seres mecánicos desde el momento en que ponemos un pie fuera de la cama hasta el instante en que ponemos otro dentro para volver a dormir. Y sin que nos demos cuenta, nos vamos acostumbrando a eso. Es un reflejo de nuestra propia apatía. Vivir dejó de significar una conquista y, tristemente, pasó a ser una obligación. No por nada los problemas de personas con dificultad para convivir en la sociedad van en aumento y esos “jóvenes que lo abandonaron todo” pasaron a ser un sinónimo de éxito.
Pero incluso así somos humanos y hemos conservado ese miedo natural a la muerte. Cómo y cuándo nos irá a alcanzar es un completo misterio para todos, y mientras no llegue vamos por allí buscándole un sentido a la existencia. En el lejano año de 1982 Blade Runner, una obra maestra de la ciencia ficción, puso sobre la mesa de discusión la desilusión del hombre con la vida al contrastarlo con seres que la buscan de forma incesante. Antes que todo, Blade Runner es una lección a ser aprendida.
“Más humanos que humanos”.
¿Qué me hace diferente a un árbol? ¿Qué me convierte en un ser humano? Existimos porque tenemos conciencia de eso, así de simple. Sabes que un día va mal porque recuerdas los buenos. Extrañas a las personas que amas porque tienes recuerdos con las mismas. Posees anhelos, tristezas y temores pues residen en algún lugar dentro de ti, en tu inconsciente o en el alma. Una fuerza inexplicable, pero que te convierte en un ser existente.
En Blade Runner vemos la búsqueda de cinco Replicantes por la existencia. En una sociedad completamente devastada por la negligencia del hombre, prisionera de la publicidad y atestada de gente, es precisamente en esos seres donde encontramos un poco de humanidad. Roy desea entender el tiempo y, principalmente, el motivo por el que está vivo.
Y el deseo más humano de los Replicantes es ese que siempre ha moldeado a la sociedad, incluso en aquel tiempo primitivo: la búsqueda de un creador. ¿Qué harías si encontrarás a “Dios”? ¿Qué le pedirías? Hemos mirado al cielo buscando comprender nuestro lugar en la Tierra desde que la primera señal de conciencia apareció. Después de todo, como lo mencioné antes, lo que nos diferencia de un árbol es que nosotros sabemos quiénes somos. Y es un peso con el que debemos cargar pues, ya que existimos, ¿cómo es posible que un día simplemente vayamos a desaparecer? ¿Cómo es posible que nos desvanezcamos como lo hace una lagrima en medio de la lluvia?
La búsqueda de respuestas a cuestiones como esas dio origen a la fe, que después dio pie a la religión, misma que fue tomada por el hombre y se hizo imperfecta. Fuimos a la guerra, matamos y mentimos. Todo a causa de intentar encontrar esas respuestas. ¿Por qué estamos vivos? ¿Por qué no vivimos para siempre? Por eso es que buscamos al creador o a los límites del Universo. Jehová, Alá, Big Bang… no importa quién las proporcione, nuestro objetivo final siempre han sido las respuestas.
Y mientras no encontremos esas respuestas, seguiremos viviendo como lágrimas en medio de la lluvia. Nuestros instantes más felices se perderán en el tiempo. Aquellos que amamos serán olvidados en las próximas generaciones. Todo nuestro odio por el prójimo, los prejuicios y las mentirás también serán absorbidos por la inmensidad del tiempo. ¿Qué es una lágrima en medio de la lluvia? O, mejor dicho, ¿qué eres tú en medio del tiempo?
“He visto cosas que ustedes nunca hubieran podido imaginar; naves de combate en llamas en el hombro de Orión. He visto relámpagos resplandeciendo en la oscuridad cerca de la entrada de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… igual que lagrimas… en la lluvia. Llego la hora de morir.“
Nadie te puede dar esa respuesta. Es una carga que te corresponde solo a ti. En medio de la lluvia, cuando esa lagrima caiga, ¿qué significará? Es una pena que no vivamos para siempre pero, ¿quién lo hará?.
Información sacada de marcianos.com.mx
Saludos!
Ecmotion...
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