Mientras que miles hacen filas eternas para ser los primeros en obtener el último modelo de móvil (que es igual al anterior, pero con 0,25 cm más de pantalla y una cámara medio megapíxel más potente), otros siguen un camino más pausado.
Cada vez más, los usuarios están esperando antes de cambiar su móvil por uno nuevo. Después de todo, puede que ese compañero del que todos se ríen por conservar su Nokia 1100 sea en realidad un adelantado, un visionario de lo que se denomina el movimiento de la «tecnología lenta».
De esto se trata el «Movimiento Lento», conocido en inglés como «Slow Movement», una tendencia que ha ganado popularidad en los últimos tiempos.
Su faceta más conocida es, quizás, la de la «comida lenta», un movimiento que nos invita a pensar un poco más en los alimentos que consumimos. De cierta manera, se opone a la comida rápida, pero también va más allá. Su filosofía se basa en tres principios. En primer lugar, la comida debe ser buena: saludable, de buena calidad y buen sabor. En segundo lugar, debe ser limpia: su producción no debe dañar el medio ambiente. Por último, debe ser justa: los consumidores deben poder acceder a ella con precios justos tanto para ellos como para los productores.
Estos mismos principios, de cierta manera, se extienden a la «tecnología lenta». Rara vez nos sentamos a contemplar y analizar nuestro consumo de tecnología, pero este movimiento nos pide que hagamos justamente eso. La idea es tomarnos un descanso del uso excesivo de la tecnología para evitar que este afecte partes de nuestro comportamiento, como la forma en que interactuamos con otros.
Un poco dentro de este marco, muchos usuarios están dejando de lado el frenesí por tener «lo último» y están esperando antes de cambiar sus celulares. «¿Por qué cambiar si el móvil actual sigue funcionando?» es la pregunta que se están planteando.
Las consecuencias de esta tendencia ya se están notando. Este año, se estima que las ventas de smartphones aumentarán en un 10 %. Parece un buen número, pero no lo es tanto si lo comparamos con el 2014, cuando aumentaron en un 27 %.
En los mercados del primer mundo, los usuarios que quieren tener un smartphone ya lo tienen, por lo que las empresas han tenido que concentrarse en mercados emergentes. Sin embargo, muchos de los consumidores de estos últimos no pueden ni están dispuestos a gastar las sumas que las empresas piden por sus modelos de punta.
Otras empresas han comenzado a implementar planes para estimular el recambio de móviles, pero a esta altura se puede decir que se trata de una tendencia casi irreversible. Después de todo, puede que no sea algo tan malo para los consumidores.
Eso es todo por ahora.
Información sacada de Batanga.com
Saludos!
Ecmotion...
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