Sobre gustos y smartphones, no hay nada escrito. Ha habido gloria y penuria, cielo e infierno, amor y odio… Ha habido catástrofes y aciertos, lo que se dice que ha habido de todo. El debate sobre qué móvil queremos siempre está abierto, y de ahí deriva el hecho de que haya varias gamas destinadas a distintos tipos de usuarios.
Android me ha dado muchas alegrías, y gracias a este sistema operativo soy quién soy, pero no todo ha sido maravilloso en mi trayectoria con nuestro querido Andy. Han pasado por mis manos muchos, pero muchos smartphones, tanto personales como de prueba y ha habido verdaderas aberraciones en mi bolsillo, móviles completamente aberrantes. Y estos son los 5 peores teléfonos que he tenido la desgracia de usar, para que en el futuro miremos lo que nunca debió engendrar el mercado de aquellos tiempos.
Samsung Galaxy Trend
Me duele decir la triste verdad sobre este móvil: fue oficialmente mi primer móvil con Android. Estaba ilusionadísimo, pues había tenido otros de forma temporal pero no uno propio como mío. Y cuando lo recibí, y lo tenía en mis manos, supe claramente lo que me esperaba. No era muy fan de Samsung –y sigo sin serlo, al contrario– y definitivamente no me di cuenta del horror que me esperaba con ese trasto inútil.
Un procesador de un sólo núcleo, 768 megas de RAM… Y no olvidemos que corría TouchWiz en sus peores versiones, basado en Android Jelly Bean. Y voy a decirlo claramente: fue todo un desafío aguantar este móvil. Su batería se iba en un tris, su rendimiento era absolutamente pésimo, y su pantalla apenas servía para ver algún vídeo puntual en YouTube y eso si la app me cabía debido a sus 4 gigas de memoria interna. Y sólo diré una cosa: su versión plus tenía un giga de RAM y un núcleo más. No le deseo esto ni a mi peor enemigo, sin lugar a dudas.
HTC Chachacha
Antes, cuando HTC intentaba experimentar le salía mal uno de cada 3 móviles. Ahora, la historia se repite, pues los taiwaneses llevan en pérdidas varios meses y van cuesta abajo y sin frenos. La diferencia radica en que ahora, si HTC la lía con un móvil pasa desapercibido, y antes los errores eran mucho más garrafales y horteras.
No me molesto ni en poner la imagen bien porque no se lo merece. A primeras, nunca me han gustado los móviles con teclado físico –soy nulo para ellos– pero el diseño de este Chachacha es para morirse. Primero, tenía una pantalla casi nula de nada más ni nada menos que 2’6 pulgadas y una curvatura rarísima que parecía que el teléfono estuviera doblado. Sí, era más antiguo que el Trend, pero ni su batería de 1250 maH ni sus 512 megas de RAM me hicieron salvarme. ¿Y sabéis lo mejor? Era un móvil cuya principal novedad es que tenía era su botón dedicado a Facebook y servicios relacionados con esta red social.
No tenía Facebook.
Samsung Galaxy Y Pro
Seguimos con más antiguallas. Nunca he tenido demasiado dinero, y en la época del Galaxy Trend yo tiraba de viejunos del 2011, y creedme, antes de criticarlos tengo eso en cuenta, porque estos teléfonos eran malos hasta para su tiempo y su gama. Y bueno, ya que tuve un teclado físico al más puro estilo Blackberry en sus mejores tiempos, ¿por qué no otro? Fue un amigo el que me regaló su Galaxy Y Pro, el intento de Samsung por arrimarse al carro de los canadienses en el teclado QWERTY.
Eso. Un intento
Mismo ratio de pantalla, unas enormes 2’6 pulgadas y con un procesador maravilloso. Digo maravilloso porque si pensáis que llega al simple gigahercio, os equivocáis. 832 megahercios. Sí. ¿RAM? Nah, 128 megas. Mas o menos lo mismo que tiene de memoria interna. No merece la pena ni hablar mucho más de él, porque fue una vergüenza tener esto en mi bolsillo.
LG Optimus Vu
¿Cuánto creéis que duró en mis manos el Galaxy Y Pro? Lo mismo que me duró el LG Optimus Vu, un maldito mes. Y digo maldito porque fue un suplicio tener esto. Un amigo mío se lo compró en un viaje que hizo y luego me lo vendió a mí. Y madre de dios el error que cometí al hacerlo. No sólo es el móvil más feo que he tenido nunca sino que encima su mal concepto y su enorme tamaño para ese momento haciéndole competencia al Note hacían que fuera hasta incómodo de llevar. Terrible.
¿Formato 4:3 en un móvil de 5 pulgadas? En serio? Si me lo pillé, fue por estar harto del teclado físico de mi teléfono. Su rendimiento no era malo, para el momento su giga de RAM y su buena batería ayudaban a soportarlo, pero la pantalla era directamente infumable. Se veía fatal, la calidad brillaba por su ausencia aparte de ser un ladrillo en el bolsillo. Por no decir esa capa personalizada tan horrenda que llevaba… Ay, ay, ay. De lo peor. Y no os preocupéis, que ahora vamos a bajar al último círculo del Hades.
LG Optimus L3 II
Sin duda, el LG Optimus L3 II ha sido el peor móvil Android que he tenido nunca. Primero, fijaos en el ratio de la pantalla: 240 x 320 píxeles. Usarlo era un auténtico esfuerzo para mis manos medianas y sobre todo para mi vista, pues si os fijáis, llevo gafas y estoy más cegato que un gato viejo, por lo que observar su diminuta pantalla de 3’2 pulgadas a Infra-HD no era algo fácil. Y si podía ver algo, porque entre el Snapdragon a un gigahercio y su RAM de 512 megas… Que por cierto, 200 ocupados por el sistema. Ja, ja, ja. De óptimo solo tenía el nombre.
No puedo culpar a LG de querer hacer un gama baja, pero llevaron su significado al extremo. No, no estábamos tan avanzados para la época, pero sin esperarme un OnePlus 3T de ahora era pésimo usar a este bicho. Su capa era lenta y forzadamente fea, y apenas había desarrollo para su comunidad. Su pantalla hacía imposible el uso de contenido multimedia, y no les quiero decir lo chungo que era mandar mensajes. Además, aunque de batería no iba del todo mal, en esa época ya empezaban a notarse sus 4 gigas de memoria interna por lo que instalar cosas era… complicado.
Sin duda, todo un error que no se debe repetir. Si alguna vez quieres jugarle una mala pasada a alguien, regala un LG Optimus L3 II. Será todo un placer ver su cara.
Android me ha dado muchas alegrías, y gracias a este sistema operativo soy quién soy, pero no todo ha sido maravilloso en mi trayectoria con nuestro querido Andy. Han pasado por mis manos muchos, pero muchos smartphones, tanto personales como de prueba y ha habido verdaderas aberraciones en mi bolsillo, móviles completamente aberrantes. Y estos son los 5 peores teléfonos que he tenido la desgracia de usar, para que en el futuro miremos lo que nunca debió engendrar el mercado de aquellos tiempos.
Samsung Galaxy Trend
Me duele decir la triste verdad sobre este móvil: fue oficialmente mi primer móvil con Android. Estaba ilusionadísimo, pues había tenido otros de forma temporal pero no uno propio como mío. Y cuando lo recibí, y lo tenía en mis manos, supe claramente lo que me esperaba. No era muy fan de Samsung –y sigo sin serlo, al contrario– y definitivamente no me di cuenta del horror que me esperaba con ese trasto inútil.
Un procesador de un sólo núcleo, 768 megas de RAM… Y no olvidemos que corría TouchWiz en sus peores versiones, basado en Android Jelly Bean. Y voy a decirlo claramente: fue todo un desafío aguantar este móvil. Su batería se iba en un tris, su rendimiento era absolutamente pésimo, y su pantalla apenas servía para ver algún vídeo puntual en YouTube y eso si la app me cabía debido a sus 4 gigas de memoria interna. Y sólo diré una cosa: su versión plus tenía un giga de RAM y un núcleo más. No le deseo esto ni a mi peor enemigo, sin lugar a dudas.
HTC Chachacha
Antes, cuando HTC intentaba experimentar le salía mal uno de cada 3 móviles. Ahora, la historia se repite, pues los taiwaneses llevan en pérdidas varios meses y van cuesta abajo y sin frenos. La diferencia radica en que ahora, si HTC la lía con un móvil pasa desapercibido, y antes los errores eran mucho más garrafales y horteras.
No me molesto ni en poner la imagen bien porque no se lo merece. A primeras, nunca me han gustado los móviles con teclado físico –soy nulo para ellos– pero el diseño de este Chachacha es para morirse. Primero, tenía una pantalla casi nula de nada más ni nada menos que 2’6 pulgadas y una curvatura rarísima que parecía que el teléfono estuviera doblado. Sí, era más antiguo que el Trend, pero ni su batería de 1250 maH ni sus 512 megas de RAM me hicieron salvarme. ¿Y sabéis lo mejor? Era un móvil cuya principal novedad es que tenía era su botón dedicado a Facebook y servicios relacionados con esta red social.
No tenía Facebook.
Samsung Galaxy Y Pro
Seguimos con más antiguallas. Nunca he tenido demasiado dinero, y en la época del Galaxy Trend yo tiraba de viejunos del 2011, y creedme, antes de criticarlos tengo eso en cuenta, porque estos teléfonos eran malos hasta para su tiempo y su gama. Y bueno, ya que tuve un teclado físico al más puro estilo Blackberry en sus mejores tiempos, ¿por qué no otro? Fue un amigo el que me regaló su Galaxy Y Pro, el intento de Samsung por arrimarse al carro de los canadienses en el teclado QWERTY.
Eso. Un intento
Mismo ratio de pantalla, unas enormes 2’6 pulgadas y con un procesador maravilloso. Digo maravilloso porque si pensáis que llega al simple gigahercio, os equivocáis. 832 megahercios. Sí. ¿RAM? Nah, 128 megas. Mas o menos lo mismo que tiene de memoria interna. No merece la pena ni hablar mucho más de él, porque fue una vergüenza tener esto en mi bolsillo.
LG Optimus Vu
¿Cuánto creéis que duró en mis manos el Galaxy Y Pro? Lo mismo que me duró el LG Optimus Vu, un maldito mes. Y digo maldito porque fue un suplicio tener esto. Un amigo mío se lo compró en un viaje que hizo y luego me lo vendió a mí. Y madre de dios el error que cometí al hacerlo. No sólo es el móvil más feo que he tenido nunca sino que encima su mal concepto y su enorme tamaño para ese momento haciéndole competencia al Note hacían que fuera hasta incómodo de llevar. Terrible.
¿Formato 4:3 en un móvil de 5 pulgadas? En serio? Si me lo pillé, fue por estar harto del teclado físico de mi teléfono. Su rendimiento no era malo, para el momento su giga de RAM y su buena batería ayudaban a soportarlo, pero la pantalla era directamente infumable. Se veía fatal, la calidad brillaba por su ausencia aparte de ser un ladrillo en el bolsillo. Por no decir esa capa personalizada tan horrenda que llevaba… Ay, ay, ay. De lo peor. Y no os preocupéis, que ahora vamos a bajar al último círculo del Hades.
LG Optimus L3 II
Sin duda, el LG Optimus L3 II ha sido el peor móvil Android que he tenido nunca. Primero, fijaos en el ratio de la pantalla: 240 x 320 píxeles. Usarlo era un auténtico esfuerzo para mis manos medianas y sobre todo para mi vista, pues si os fijáis, llevo gafas y estoy más cegato que un gato viejo, por lo que observar su diminuta pantalla de 3’2 pulgadas a Infra-HD no era algo fácil. Y si podía ver algo, porque entre el Snapdragon a un gigahercio y su RAM de 512 megas… Que por cierto, 200 ocupados por el sistema. Ja, ja, ja. De óptimo solo tenía el nombre.
No puedo culpar a LG de querer hacer un gama baja, pero llevaron su significado al extremo. No, no estábamos tan avanzados para la época, pero sin esperarme un OnePlus 3T de ahora era pésimo usar a este bicho. Su capa era lenta y forzadamente fea, y apenas había desarrollo para su comunidad. Su pantalla hacía imposible el uso de contenido multimedia, y no les quiero decir lo chungo que era mandar mensajes. Además, aunque de batería no iba del todo mal, en esa época ya empezaban a notarse sus 4 gigas de memoria interna por lo que instalar cosas era… complicado.
Sin duda, todo un error que no se debe repetir. Si alguna vez quieres jugarle una mala pasada a alguien, regala un LG Optimus L3 II. Será todo un placer ver su cara.
Información sacada de Taringa.net y ipadizate.es
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Ecmotion...
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